• Según un informe elaborado por Dynatrace, un usuario de e-commerce utiliza un promedio de 2,6 dispositivos para efectuar una compra y a través de 1,5 canales.

• El informe, también señala que durante 2014 el comercio electrónico aumentó un 400%.

Alejandro Sánchez Campos | Prensa CAMTIC | asanchez@camtic.org

Con la evolución de las tecnologías de información y comunicación (TIC), y especialmente la tendencia constante del internet, así como su penetración en la vida diaria y en las actividades comerciales de las personas, la concentración del comercio electrónico (e-commerce) ha logrado posicionarse fuertemente como un motor de crecimiento en el mercado global.

Dyantrace, compañía líder en aplicaciones de gestión del rendimiento (APM) realizó una encuesta entre 5.000 ciudadanos europeos que compraban online para llegar a la conclusión de que muchos usuarios se han enfrentado a la “omnicanalidad”, la cual se resume como la posibilidad de comprar desde diferentes dispositivos a través de aplicaciones web.

Por otro lado a nivel de legislación, señala que en el comercio electrónico queda espacio para debatir sobre mejoras a la normativa vigente actual. Por ejemplo la ley modelo de Comercio Electrónico de la ONU para el derecho mercantil, y que en Costa Rica aún se cuenta con algunos aspectos normativos que deben de ser revisados para dar mayor seguridad a los compradores u oferentes cibernéticos.

De acuerdo a Pollock, entre las ventajas que tiene una empresa al adquirir este servicio, se encuentra la expansión de mercado y producto a menor costo operativo. También mencionó la tendencia de m-commerce, que al haber una mayor penetración de dispositivos móviles en el país, se amplía el espectro de consumidores a través de aplicaciones “apps”. Sin embargo, comenta que es un proceso lento de asimilación y de confianza con el consumidor.

A nivel de PYMES, los principales obstáculos son el presupuesto para el desarrollo y la apertura de una tienda en línea y los costos asociados a una integración con la banca local, así como la forma que tiene el país en dar las direcciones presenta grandes problemas para la localización de puntos de entrega, lo que genera desconfianza a nivel de usuario y a nivel de empresa prestadora de servicios que depende de un buen funcionamiento del servicio de entregas en tiempo, forma y calidad.