Empleo y tecnología: caso de la economía gig
Mauricio Arroyo Herrera, Allan Rodríguez y Kevin Rodríguez* | Escuela de Computación TEC | marroyo@itcr.ac.cr
En consecuencia con los diferentes contextos disruptivos que está generando la transformación digital, se encuentra la economía gig (el término gig viene de la industria musical en el argot de los músicos de jazz).
Este tipo de economía representa una en la cual se posibilitan trabajos basados en tareas emergentes y temporales habilitados por plataformas digitales que pueden ser tomados por personas que dicen tener habilidades para hacerlo. Ello generalmente basado en algún mecanismo de gestión de la reputación que permita dar algún nivel de garantía de los trabajos a realizarse y por medio de una fuerza de trabajo independiente. Representa una digitalización del empleo.
Algunas plataformas digitales que conocemos y que están es este terreno son: Uber, AirBnB yTask Rabbit, donde los servicios prestados son físicos. Sin embargo, ya existen otras plataformas donde los bienes o servicios pueden ser digitales, posibilitando trabajos temporales en áreas de mucha especialización ingenieril.
Actualmente, la economía gig presenta una realidad extraña en la cual los trabajadores temporales no tienen jefes humanos, trabajan para aplicaciones digitales en un espectro amplio de servicios cada vez más complejos. Esto ocurre al ir incorporando nuevas innovaciones de negocio y nuevas tecnologías en las plataformas digitales, haciendo que éstas sean más sofisticadas. Por ejemplo, por medio de la incorporación de inteligencia artificial.
Este tipo de economía está movilizando el riesgo de las organizaciones hacia los individuos. Forbes [1] indica que esto contrasta con los derechos alcanzados por los trabajadores en la mitad del siglo pasado donde las jornadas laborales se establecieron en un horario de 8 a.m. a 5 p.m. Además, la motivación para hacer gigs (trabajos temporales), se ha venido aceptando en vista de reducción de costos, la poda de salarios y la deslocalización.
Estos aspectos han venido erosionando la seguridad económica de las personas promedio que según Louis Hyman, ha ocurrido desde hace 40 años en Silicon Valley por medio de poblaciones migrantes [1]. Por lo tanto, las plataformas digitales que conocemos ahora son más una consecuencia que operacionaliza la tendencia de trabajo temporal de forma más eficiente.
Dentro de los principales factores que han hecho posible la economía gig se encuentra el hecho del aumento del interés de las compañías por los freelancers y la posibilidad del trabajo flexible. Para el 2016 McKinsey [3] indicó que en Europa y Estados Unidos entre un 20% y 30% de la población en edad productiva ejerció algún tipo de trabajo independiente. Forbes [2] menciona que actualmente en Estados Unidos la economía gig se estima en un 34% de la fuerza laboral, y se espera que para el año 2020 sea de un 43%.
En cuanto a los ingresos de los trabajadores, Bloomberg [4] hace referencia a una encuesta a 3.500 personas en 75 países, donde ha determinando que en promedio los ingresos ganados por los trabajadores estaba por debajo del salario mínimo federal de US$7,25 la hora; estos ingresos suelen darse por realizar trabajos con poca especialización que tienen baja remuneración. Sin embargo, también se presenta lo contrario. Hay freelancers que tienen habilidades de alta demanda y pueden «sugerir su precio». Un ejemplo puede verse en trabajos asociados a tareas de científico de datos. Por lo tanto, los ingresos en esta economía actualmente dependen mucho de la actividad profesional que se vaya a desarrollar.
Otro aspecto interesante que está siendo impactando por esta tendencia, es el espíritu empresarial al adquirir un significado adicional completamente diferente. Un número creciente de millennials y Gen Z’ers se están convirtiendo en solopreneurs, es decir, están adquiriendo sus habilidades y vendiéndolas en el mercado a una variedad de «compradores» y simplemente trabajan de forma independiente o colaboran con uno o dos más para ofrecer una variedad de conjuntos de habilidades para empresas establecidas.
Este pensamiento ha cambiado el concepto tradicional de la creación de empresas, al facilitar que estos nuevos emprendedores inicien sus labores de forma rápida, con crecimiento en la oferta y con una variedad en todos los productos o servicios.
Estos nuevos contextos existen gracias al impulso que la tecnología digital está haciendo. Las mejoras en la comunicación entre los empleados gig y sus clientes contratados ahora permiten la comunicación cara a cara por medio de reuniones digitales entre los principales actores.
La simplificación del proceso de comunicación significa que los profesionales independientes ya no tienen que usar procesos lentos para comunicarse o tomar decisiones, sino más bien se incorporan herramientas inteligentes en las plataformas para mejorar las experiencias de estos trabajadores y su tiempo de entrega. Los empleados gig pueden trabajar más rápido y los clientes pueden responder más rápido, lo que permite un despliegue de productos y servicios más eficientes.
No obstante, lo anterior no es sólo un asunto de aplicaciones digitales o uso de ellas. Es algo más de fondo, es acerca de la reorganización del trabajo, las organizaciones e instituciones. Algunas veces motivado por el desempleo, disminución de costos de las empresas o diseños de nuevos procesos productivos.
Ello presenta desafíos que no pueden ser obviados: Primero, desde la perspectiva del trabajador al propiciarse una falta de garantías laborales. Ello en vista de que no hay un patrono obligado a contribuir la seguridad social, vacaciones pagadas, aguinaldo, cesantía, entre otros beneficios. Segundo, este tipo de trabajo podría desincentivar el modelo solidario de la sociedad, dado que no existirían aportes a fondos solidarios del Estado para coadyuvar en subsidios a otros clases sociales o redistribución de la riqueza.
Al analizar las acciones que está realizando el Estado costarricense ante este tipo de economía, nos damos cuenta que son realmente pocas. Es acá donde se encuentra un punto de mejora dado que se pueden ajustar las leyes y reglamentos para que los vacíos existentes se solventen. De esta forma estos trabajadores podrían tener seguridad y pasen de la informalidad a la formalidad al optar por condiciones adecuadas. Todo ello tomando en cuenta la realidad que estamos viviendo y sin coartar las potencialidades que las plataformas digitales están generando.
Esto significa necesariamente, innovaciones institucionales en el Estado que deben involucrar no solamente a los tecnólogos, sino también a los sociólogos y políticos. Es importante considerar que la economía gig no puede considerarse como un determinismo tecnológico.
Actualmente en nuestro país se han venido dando algunas acciones asociadas a regular plataformas digitales colaborativas de prestación de servicios, principalmente impulsado por la actividad de Uber. Esto presenta un escenario concreto de aproximación a lo indicado anteriormente. Sin embargo, se debe visualizar un diseño legal que realmente facilite una nueva forma de economía en nuestro país. Estos nuevos diseños deben garantizar la seguridad de población productiva y la seguridad del estado social de derecho.
Louis Hyman [2], profesor de la Escuela de Relaciones Industriales y Laborales de la Universidad de Cornell, en su libro “Temp: cómo el trabajo estadounidense, las empresas estadounidenses y el sueño americano se volvieron temporales”, indicó que: “La historia del trabajo muestra que la tecnología no suele impulsar el cambio social. Por el contrario, el cambio social suele estar impulsado por decisiones que tomamos sobre cómo organizar nuestro mundo. Sólo más tarde la tecnología se precipita, acelerando y consolidando esos cambios».
En el contexto de la globalización en que estamos inmersos, esta cita nos motiva a estudiar lo que está pasado y determinar si debemos lo más pronto posible, accionar en consecuencia sobre el cambio social que la tecnología en la cuarta revolución industrial está consolidando.
*Ing. Mauricio Arroyo Herrera, profesor; Allan Rodríguez Guido, estudiante y Kevin Rodríguez Morúa, estudiante.
Trabajos citados:
[1] J. Frazer, «Forbes,» 15 Febrero 2019. [En línea]. Available: https://www.forbes.com/sites/johnfrazer1/2019/02/15/how-the-gig-economy-is-reshaping-careers-for-the-next-generation/#6c8b516749ad. [Último acceso: 15 03 2019].
[2] L. Hyman, Temp: How American Work, American Business, and the American Dream Became Temporary, New York: Penguin Random House LLC, 2018.
[3] Manyika, J, «McKinsey Global Institute,» Octubre 2016. [En línea]. Available:
https://www.mckinsey.com/featured-insights/employment-and-growth/independent-work-choice-necessity-and-the-gig-economy
[4] Bloomberg. (27 septiembre, 2018). [En línea]. Available: https://www.estrategiaynegocios.net/empresasymanagement/1220321-330/el-desaf%C3%ADo-de-los-empleados-de-la-econom%C3%ADa-gig
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