Freddy Ramírez Mora | Escuela de Computación del TEC | boletinclic@camtic.org

La tecnología de información desde la década de los años 90 se ha convertido en un pilar fundamental para el desarrollo de las labores tanto de apoyo como sustantivas de las instituciones públicas costarricenses.

Tal hecho se ve reflejado en la relevancia que ha brindado la Contraloría General de la República desde el año de 1996, con la promulgación de una primera regulación en este sentido, la cual fue denominada: “Manual sobre Normas Técnicas de Control Interno relativas a los Sistemas de Información Computadorizados”, sustituida en el año 2007 por el documento titulado: “Normas técnicas para la gestión y el control de las Tecnologías de Información”. Ambas justifican su desarrollo en la dependencia de las instituciones públicas en las soluciones tecnológicas incorporadas en sus operaciones, así como en la materialidad de la porción de recursos financieros invertidos en ellas, con respecto al presupuesto institucional.

A pesar de que, en las normas técnicas citadas, de forma explícita se regula la atención de la planificación estratégica de tecnología de información, particularmente en la normativa del año 1996 se cita: “302.03 Planificación del sistema de información gerencial: se establecerá un sistema de planificación institucional para la actividad relativa al sistema de información gerencial, que coadyuve con un eficiente y eficaz desarrollo del mismo” y en la normativa del año 2007 se establece: “2.1 Planificación de las tecnologías de información: la organización debe lograr que las tecnologías de información, apoyen su misión, visión y objetivos estratégicos mediante procesos de planificación que logren el balance óptimo entre sus requerimientos, su capacidad presupuestaria y las oportunidades que brindan las tecnologías existentes y emergentes”, en la práctica es común encontrar un vacío en el cumplimiento de lo anteriormente expuesto, desde una perspectiva de análisis integral.

Aspectos tales como: directrices de tecnología de información desalineadas con los objetivos estratégicos institucionales, disminución de la satisfacción del cliente interno y externo producto de fallas de funcionamiento de las soluciones tecnológicas, degradaciones en el servicio no reconocidas ni enfrentadas, dando lugar a fallas en el cumplimiento de requerimientos de los usuarios de los servicios institucionales, prioridades inapropiadas utilizadas para la asignación de recursos de tecnología de información, aumento de los costos de las inversiones y operaciones en tecnología de información e infraestructuras tecnológicas fragmentadas e ineficientes que impiden la integración con otras instituciones relevantes, son solamente efectos, de una causa mayor determinada por la ausencia de un proceso formal de planificación estratégica de tecnología de información.

A pesar de que en la teoría, ya existen una serie de mejores prácticas y estándares de la industria, los cuales con su aplicación pueden materializar un plan estratégico de tecnología de información, a partir de la definición de sus pilares filosóficos como lo son: misión, visión y valores, el establecimiento de las bases estratégicas referentes a la formulación de los objetivos estratégicos y direcciones tecnológicas específicas así como la respectiva materialización de los mismos en función de la formulación y evaluación de proyectos mediante casos de negocio, y el respectivo aterrizaje de lo anterior por medio de la definición de una estructura organizacional soporte y la proyección de la priorización e inversiones requeridas para su implementación, en la práctica estas teorías parecen quedarse cortas para lograr el beneficio superior esperado.

Conociendo entonces que existen las bases fundamentales para el desarrollo tecnológico planificado de las instituciones del sector público costarricense, así como la urgencia del cumplimiento regulatorio promulgado por el ente contralor, no se logra visualizar una razón de peso que aleje a los ciudadanos de contar con los beneficios que brinda la incorporación de la tecnología de información a los quehaceres operativos y estratégicos de las instituciones públicas, haciendo imperativo para los jerarcas institucionales, el llamado de atención hacia tomar cartas en el asunto e iniciar a la brevedad procesos formales que garanticen el enfoque y la alineación en la incorporación de las tecnologías de información en sus respectivas instituciones.