María Santos Pasamontes | Programa Estado de la Nación| msantos@estadonacion.or.cr

La dinámica con que se forma el acervo de profesionales en el país, según lo refleja la plataforma interactiva HIPATIA, indica que a partir del 2011 se observa un cambio histórico en el país por cuanto se gradúan más mujeres que hombres en disciplinas científico-tecnológicas. El punto de inflexión en la brecha de género a favor de las mujeres, lo marcan las Ciencias Médicas, fundamentalmente la carrera de Enfermería.

No obstante, TICs destacan como las disciplinas científico-tecnológicas con menor participación femenina y esta tendencia va en aumento. Así lo confirma el hecho de que en el 2000 tres de cada 10 nuevos graduados eran mujeres mientras que en 2016 esa relación bajó a dos (gráfico 1).

Las mujeres desaprovechan las oportunidades de la EFTP

Por su parte, las oportunidades que brinda la Educación y Formación Técnica Profesional (EFTP) son poco aprovechadas tanto por su nivel de cualificación como por las especialidades en que se forman.

Las mujeres superan ampliamente a los hombres en la cantidad de graduados de la Educación y Formación Técnica Profesional (EFTP).  Así lo demuestra el hecho de que el 57,8% del total de graduados de la EFTP durante el período 2014-2016 son mujeres. Sin embargo, su situación no es favorecedora, ya que ellas no se están graduando en las especialidades con más oportunidades laborales. A pesar de una buena oferta de formación en TIC, disponible en el 84% de los cantones, solo 5% de los graduados en general lo hizo en esa rama y de ellos, solo la tercera parte son mujeres (gráfico 2).

Por su parte, el sitio The Talent Place publicado por la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (CINDE) muestra las diez ocupaciones a nivel técnico que más demandan las empresas con una alta expansión en el país (asociadas con sectores de Servicios y Manufactura avanzada). De manera general, se corresponden con las áreas de electromecánica y electrónica industrial, TIC, idioma para centros de servicios y contabilidad, entre otras. Al comparar esas ocupaciones con las diez especialidades con mayor graduación femenina, llama la atención que solo se encuentra una coincidencia en tres de ellas.

Los hombres por su parte, se alinean más con esas oportunidades pues 5 de las 10 especialidades en que más se gradúan coinciden con las más demandadas.

Destaca en ambos sexos la formación en temas de finanzas y servicios empresariales, incluyendo competencias en inglés, pero también llama la atención la alta representación de mujeres graduadas de “secretariado” de Colegio Técnicos Profesionales. Asimismo, ninguna de las 10 especialidades femeninas se relaciona con TIC, ni tecnologías en general, mientras que en los hombres estas se asocian con 5to, 9no y 10mo lugar (gráfico 3).

Dada la alta tasa de desempleo que golpea con mayor fuerza a las mujeres, urge una mayor articulación entre políticas sociales y políticas educativas, de empleo y de competitividad. Entre ellas, cabe destacar la importancia de implementar iniciativas de orientación vocacional que motiven a las muchachas a escoger una formación técnica, así como programas de recalificación y de certificación que aumenten sus probabilidades de insertarse en el mundo laboral.  Un ejemplo a destacar es el Programa “Rompiendo Moldes” del Instituto Nacional de Aprendizaje, que procura la incorporación de mujeres en las áreas técnicas, así como las alianzas con el sector empresarial para promover su contratación una vez egresadas.

La importancia de incorporar más mujeres en las áreas de Ciencia y Tecnología no es solo un asunto de equidad. Los impedimentos para que más mujeres se formen en estas disciplinas privan a la sociedad costarricense de talento calificado que ya de por sí es escaso, lo cual va, en primer lugar, en detrimento de conformar una sociedad más inclusiva, de alcanzar una mayor excelencia científico-tecnológica, pero también pone en riego las posibilidades de mejorar la competitividad de manera sostenible.