Prospectiva simbiótica entre humanos y máquinas en el uso de la inteligencia artificial: Una perspectiva positiva
Mauricio Arroyo Herrera | Escuela de Computación TEC | marroyo@itcr.ac.cr
Se ha venido conversando en diferentes foros sobre la preocupación de la posible disrupción de traerá la transformación digital a la sociedad. Una de estás disrupciones tiene relación con la forma en que se visualizan las labores futuras que tendremos que desarrollar. En este artículo se presenta una prospectiva de las labores dada la inteligencia artificial (IA) considerando una tesitura positiva de trabajar en un ambiente colaborativo.
Desde la perspectiva de la filosofía de la tecnología, se ha planteado que la tecnificación de los trabajos que hemos desarrollado de la mitad del siglo pasado a hoy, han generado trabajos repetitivos especializados propios de un modelo de “línea de ensamblaje de Ford” exigidos por la complejidad cada vez mayor de los objetos técnicos e imposibilidad de dominar holísticamente todo el proceso de producción. Además, estos trabajos son poco naturales al humano y tienden a su enajenación.
Esta especialización también ha generado un estrés continuado que ha afectado el psiquismo humano al conocerse que las personas actualmente no son felices en sus trabajos [1]. Esto también lo afirma o sugiere Jeffrey Pfeffer, en su libro “Muriendo por un Salario” al argumentar que “el estrés está relacionado con la muerte anual de 120.000 trabajadores estadounidenses” [2]. Aunado lo anterior, se presenta el escenario en el cual la repetibilidad de los trabajos son una característica que hace viable su sustitución por medio de la IA.
Teniendo lo anterior en contexto y revisando una prospectiva de las labores futuras que da la IA, se pueden plantear cuestionamientos asociadas a si la IA empeorará las condiciones laborales o si más bien las mejorará.
Los resultados de la investigación de Daugherty y Wilson [3] en su publicación Human + Machine, plantean una visión positiva en donde la IA complementará y aumentará las capacidades humanas y reivindicarán las funciones de los colaboradores a aquellas que son realmente humanas (como liderar, empatizar, crear, improvisar, manejo de la ambigüedad o juzgar); dejando que las máquinas ejecuten las tareas repetitivas, transaccionales o de predicción. Estas últimas fomentadas por la estandarización de procesos.
Según los autores esta perspectiva generará trabajos nuevos que vendrán a favorecen una dinámica entre los humanos y las máquinas; de tal forma que interactuarán en forma simbiótica. A este escenario le han llamado la era de los procesos adaptativos y los distinguen de la automatización en que se tendrá la capacidad adaptativa dirigida por datos en tiempo real en lugar de una secuencia de pasos establecida a priori.
A continuación se comenta el planteamiento de Daugherty y Wilson.
En primera instancia, se plantea que los humanos harán labores para favorecer el trabajo para el cual las máquinas (y algoritmos) son propicios. Para tal fin, se visualizan tres nuevos tipos de funciones que las personas harán para contribuir a que las máquinas con IA sean mejores. Estos roles serán ejecutados para desarrollar y liberar la IA en forma responsable.
La primera son funciones asociadas al entrenamiento de las máquinas. En la era de la automatización que hemos vivido hasta hoy, los humanos se adaptaban a las máquinas. Se considera que próximamente esto se hará al revés dado que en la era adaptativa las máquinas deben adaptarse a los humanos. Como la inteligencia artificial se basa en el entrenamiento de algoritmos que está supeditados en modelos matemáticos (generalmente), los humanos enseñarán a las máquinas como ser mejor en sus trabajos para limpiar datos, descubrir información relevante, etiquetamiento de datos para mejor uso de ellos, entre otros. También se enseñarán a las máquinas para que desarrollen tareas más parecidas a atributos humanos como enseñarles un lenguaje o gestos.
El segundo rol que los humanos harán durante el desarrollo de la IA, es trabajar para explicar los comportamientos de las máquinas. Ello para cerrar el gap entre los tecnólogos y el negocio. Esto es necesario para generar la confianza en las máquinas y reducir la opacidad de los resultados que estas arrojen. Cuando los algoritmos sugieran acciones o decisiones que van en contra de estatus quo o el conocimiento generalizado, se debe explicar el por qué. Estos roles probarán, observarán y explicarán los algoritmos e impulsarán el diseño de interfaces que procuren auto explicación de los comportamientos de la IA. Además, interpretará y dará sentido a estos comportamientos mediante análisis forenses de los algoritmos.
Como tercera labor humana hacia las máquinas, tiene que ver con sostener o observar el rendimiento de las máquinas. Ello para establecer límites o restricciones de uso de las ellas. Este rol tendrá presente los aspectos legales y éticos del uso de soluciones de IA aplicando pensamiento crítico para promover o eliminar soluciones de IA si estás rozan con la ética o la norma.
La segunda perspectiva de trabajos futuros con la IA, corresponde a la habilitación que las máquinas harán a los humanos en su trabajo. Esta perspectiva puede explicarse como aquella en la cual las máquinas entrenadas, soportadas y sin opacidad en su funcionamiento van a potenciar las labores humanas mediante súper capacidades. Ello potencia nuevos niveles de productividad para todos. En este caso las máquinas hacen humanos aumentados.
En la era de la adaptación se considera que se eliminará el trabajo repetitivo alienante; sin embargo, agrega una nueva perspectiva: relaciones simbióticas entre la gente y las máquinas, ello significa un planteamiento donde se tendrán roles híbridos ejecutados por humanos y máquinas al mismo tiempo (no compiten).
La primera interacción humano-máquina que se destaca es la amplificación. La IA le brindará a los humanos en sus roles habituales, extraordinaria información basada en datos (insights) obtenidos en tiempo real. Es una potenciación de la capacidad de procesamiento de información. Las personas pueden hacer miles de diseños en horas que no podrían alcanzar sin la IA o pueden conocer la opinión de los clientes en twitter o Facebook en forma extraordinaria.
El segundo tipo de rol híbrido es el de interacción. En este caso los agentes de IA interactúan en nombre de la gente atendiendo procesos automáticos de interacción transaccionales como por ejemplo procesos de “call center” para la atención preguntas y respuestas o acceso por voz a servicios y analítica. Todo ello por medio de sistemas de procesamiento de lenguaje natural. Luego los humanos se enfocan en las interacciones de alto valor donde las máquinas no alcanzan a trabajar. También se presentarán interacciones donde las máquinas impulsan el “coaching” para aprender las próximas mejores acciones basadas en pericias en dominios o el aceleramiento de los entendimientos de los clientes y procesos de contexto para resolver problemas.
El tercer rol de interacción entre humanos y máquinas es el de “embodiment”. Las dos interacciones anteriores tienen que ver con aumentar las capacidades de la mente humana, mientas esta se refiere a aumentar las capacidades físicas del humano por medio de los robots (llamados cobots). En este caso las máquinas colaboran con el humano al aumentarle el trabajo físico o navegación. Esto significa que se encontrará dispositivos autónomos alrededor de los humanos trabajando en forma colaborativa o extendiendo capacidades humanas para ver, oír, tocar por medio de experiencias inmersivas. Se podrá encontrar trabajadores humanos asistidos por artefactos inteligentes que interactúan con su cuerpo para hacer trabajos precisos, arduos o rutinarios en el mundo físico (por ejemplo exoesqueletos o gemelos digitales).
Al iniciar este artículo se comentó que los trabajos repetitivos han sido producto de la estandarización y especialización de los procesos productivos. Producto de ello, desde la década de los 70 del siglo pasado se ha venido utilizando la automatización para hacer cada vez más eficiente la producción y el desplazamiento de puestos de trabajo se han dado desde entonces. Por lo tanto, considero que atribuir a que la IA desplazará puestos de trabajo como una novedad, no es correcto. Este proceso ha venido dándose hace varias décadas.
No obstante, la prospectiva de labores futuras que se presentó en este artículo tiene una perspectiva adicional al indicar que la IA permitirá dejar la era de la automatización e ingresar en era de los procesos adaptativos. Aunque se indica que se eliminarán los trabajos repetitivos como ocurre en la automatización, ésta presenta una posibilidad de que los humanos realicen las labores para las que realmente están hechos, donde se rompa con la especialización del trabajo enajenante de poco esfuerzo racional; y pasar a una concepción holística de los procesos que permitan al humano apropiarse de su humanidad sin poner en riesgo la productividad. Para esto es claro que se necesitan nuevas visiones y paradigmas, que de por sí son necesarias de fomentar en el mundo de la transformación digital que estamos viviendo.
[1] M. L. Garcia-Merita, «Tecnología y Naturaleza Humana,» Anthropos, nº 94/95, pp. 110-114, 1989.
[2] J. Pfeffer, Dying for a paycheck, New York: Collins Publisher, 2018.
[3] P. Daugherty y J. Wilson, Human + Machine Reimagining Work in the Age of AI, Massachusetts: Harvard Business Review Press, 2018.
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