Relación de la Alta Administración y la Dirección de Tecnología de Información, factor crítico de éxito para la sobrevivencia organizacional
Freddy Ramírez Mora | Escuela de Computación del TEC | freramirez@itcr.ac.cr
A lo largo de mi práctica profesional como consultor en gobernabilidad de tecnología de información en los últimos 15 años, he logrado identificar que uno de los elementos de mayor criticidad en el desarrollo tecnológico organizacional de una entidad pública o una empresa privada, recae en la calidad de la relación que sostenga la Alta Administración, para con la Dirección de Tecnología de Información.
A pesar de que en algunas circunstancias una “desgastada” relación es explícitamente revelada desde las primeras sesiones de trabajo, en otras es simplemente identificada a partir de un estudio de causa-raíz en donde los efectos que se materializan típicamente son: prácticas internas de tecnología de información que no se ajusta a mejores prácticas disponibles en el mercado, un bajo nivel de madurez en el cumplimiento normativo, soluciones tecnológicas obsoletas, plataformas tecnológicas inestables que soportan la operación, -entre otras-, son producto no necesariamente de un limitado presupuesto de inversión, sino de una “pésima” relación profesional, producto de la ausencia de confianza entre las partes.
Otros elementos que permiten identificar esta situación de forma más transparente se materializan en acciones concretas como las siguientes:
- Cuestionamientos relevantes sobre los resultados de la Dirección de Tecnología de Información respecto a los recursos que se invierten en ella, por parte de la Alta Administración.
- Necesidad permanente de contratación de auditorías externas de tecnología de información y/o consultores por parte de la Alta Administración, para la atención de aspectos de índole gerencial o de gobernabilidad de tecnología de información.
- Incumplimiento de las funciones de la reglamentación del Comité de Tecnología de Información organizacional, principalmente en la periodicidad de las sesiones programadas y/o la presencia de la Alta Administración en ellas.
- Reclamo por parte de la Dirección de Tecnología de Información, por no conocer en detalle la dirección estratégica organizacional y/o institucional producto de no ser tomados en cuenta en su definición o en el proceso de toma de decisiones.
- Atrasos significativos en los proyectos que involucran a la Dirección de Tecnología de Información y una queja constante respecto a la calidad de los servicios que ésta brinda a la organización.
Estas situaciones tarde o temprano, provocan que la Dirección de Tecnología de Información de la empresa privada o institución pública quien la viva en carne propia, se convierta de forma irremediable en un área estrictamente técnica, en donde sus funciones se concentran en el mejor de los casos, en el mantenimiento de sistemas de información con bajos niveles de calidad técnica, funcional y estratégica, así como en el soporte rutinario de los equipos tecnológicos y estaciones de trabajo que soportan estas aplicaciones, dejando de lado las aspiraciones de ser un brazo estratégico para la Alta Administración.
Ante la presencia de lo anterior, el potencial remedio no es genérico y dependerá de evaluar el desgaste particular de la relación mencionada y los efectos personales que se han materializado por encima de los aspectos profesionales ya descritos. Típicamente la cadena se rompe por el eslabón más débil y en una cantidad importante de situaciones en las que se encuentra materializada esta situación, el proceso de mejora inicia con un cambio en el liderazgo de la Dirección de Tecnología de Información, la formulación de un plan estratégico de tecnología de información alineado al plan estratégico organizacional y/o institucional y un acompañamiento externo al Comité de Tecnología de Información para brindar una inercia que le permita cumplir su reglamentación y cumplir el fondo de su existencia.
Sin embargo, este remedio es bastante más caro que lograr una identificación temprana de la situación y es aquí en donde la Alta Administración, deberá tener un papel crucial ante la identificación de los primeros síntomas. Lo anterior requerirá que el liderazgo institucional y/o organizacional al menos en aspectos de tecnología de información, se fundamente en un mayor nivel de compenetración en el entendimiento de aspectos, que le permitan dejar de lado la excusa típica que se brinda de forma tradicional por las personas que ejercen estos roles, la cual es: “yo de tecnología de información no sé nada por eso tengo un departamento que se encarga de eso”, no obstante esta situación podría ser el inicio del deterioro de la relación expuesta, con potenciales efectos irremediables.
Es claro que el liderazgo de la Dirección de Tecnología de Información tiene su alta cuota de responsabilidad ante este tipo de situaciones, sin embargo este es un tema ampliamente explorado respecto a las características profesionales y personales de un director o directora de Tecnología de Información y el desarrollo tanto de sus habilidades blandas como de conocimiento de negocio, sin embargo hoy por hoy, en tiempos de transformación digital la necesidad de que la Alta Administración tanto pública o privada se empodere del conocimiento de gobernabilidad de tecnologías de información, es un factor crítico de éxito en el desarrollo y/o permanencia de la organización.
Los primeros esfuerzos de esta labor los he logrado identificar en la empresa privada en donde los requisitos para ascender a un nivel de Gerencia General ya comienzan a dar pasos hacia conocimientos teóricos y/o prácticos en tecnología de información o la atracción de talento humano que ha logrado transformaciones digitales en la competencia o en otras empresas con giros de negocio diferentes, sin embargo en el sector público esto no ha sido una práctica, por lo cual es aconsejable que el nombramiento de ministros, presidentes ejecutivos, miembros de juntas directivas y demás puestos de liderazgo, empiecen a tomar en cuenta lo antes expuesto en pro de la obtención de las externalidades que conlleva la incorporación de la tecnología de información a las organizaciones, bajo una línea de calidad de la relación entre la Alta Administración y Tecnología de Información.
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