María Santos | Programa Estado de la Nación | msantos@estadonacion.or.cr

Dada la escasez de recursos humanos calificados en las áreas de TIC, resulta de gran relevancia conocer las características del activo que tiene Costa Rica en su diáspora científica.

Por ello el Programa Estado de la Nación se ha dado a la tarea de caracterizar esta comunidad, mediante una consulta que lleva a cabo desde el año 2012 y que a la fecha cuenta con datos de 541 científicos e ingenieros costarricenses que estudian o trabajan en el extranjero en las áreas de ciencias experimentales (que incluyen Ciencias Exactas y Naturales, Ciencias Médicas y Ciencias Agrícolas) así como ingenierías y tecnologías.

Esta información se encuentra disponible, en línea, en la plataforma Hipatia.

Los profesionales en TIC que participaron en la consulta se distinguen por su alta representación así como por sus planes de regreso al país.  De las 22 disciplinas consideradas, los formados en TIC representan el 13% (72 personas); adicionalmente, la mayoría (52.8%) no piensa regresar en los próximos cinco años comparado con el 35% en general para las áreas científico y tecnológicas. Esto último a su vez, se relaciona con el hecho de que mayormente se encuentran trabajando.

Existen oportunidades para el país tanto al reinsertar así como al vincular a aquellas personas que no piensan regresar. Estas oportunidades se presentan tanto por la alta representación de profesionales formados en esta área, como por su perfil académico y demográfico: más del 47% son menores de 35 años y el 73,7% tiene maestría o doctorado.

No obstante, los profesionales en TIC están poco conectados con las comunidades locales, pues solo el 17% han participado en alguna iniciativa de vinculación con el país.

El 31.9% por su parte, sí piensa regresar y el 15,3% aún no se decide, situación que podría variar si conocieran las oportunidades que en fecha reciente se están abriendo en el país.

Cabe además mencionar que a su regreso al 50% le interesa incorporarse al sector empresarial en actividades ya sea de I+D o manufactura y procesos.

Coinciden con el resto de las disciplinas de la diáspora en que el 45,8% reside en Estados Unidos de Norteamérica y el 80% son varones.

A diferencia de otras naciones, en Costa Rica la diáspora científica no es un asunto de números, sino de calidad, pues reúne a un grupo de profesionales jóvenes con una formidable preparación académica.

Este hecho confirma los beneficios que obtendría el país de una mayor interacción con este grupo. Por lo tanto, identificar las oportunidades de complementariedad entre la diáspora científica y los profesionales residentes en Costa Rica será de utilidad para el diseño de políticas de reinserción.

Un instrumento coordinado por el MICITT que podría contribuir con este fin son las ayudas financieras del Programa de Atracción de Talentos aprobado por la Ley 9218, al cual podrían recurrir empresas del sector para atraer a personas cuyo perfil profesional no logran conseguir en el país.  Al mismo tiempo, también conviene poner en marcha mecanismos efectivos para vincular a ese talento que no planea regresar, con las distintas esferas del quehacer científico-tecnológico nacional.